La situación de urgencia se termina de configurar cuando Castillo precisa que actualmente las exportaciones peruanas –que sumaron US$529 millones entre enero y agosto– llegan al Brasil casi un mes después de su embarque, pues tienen que cruzar el Canal de Panamá.
Ante los exportadores optan por hacer cabotaje desde el Callao hasta Valparaíso (Chile) para ingresar a su destino por tierra y vía Bolivia. “Esta ruta se hace en menos tiempo, pero es muy cara”, comenta.
La situación no mejora si comparamos Puerto Maldonado y Río Branco, pues mientras la principal ciudad acreana cuenta con la infraestructura y sofisticación de una capital de estado; su par peruano todavía se debate entre calles polvorientas y cortes intempestivos de servicios básicos como el agua y la electricidad.
Anderson de Aguiar, director ejecutivo de la unidad de gestión de Pro Acre, nos da algunas luces para entender estas diferencias: hace 11 años las autoridades y empresarios acreanos entendieron que su desarrollo pasaba por mirar los mercados sudamericano y asiático –por ejemplo Lima está a casi la mitad de distancia de Río Branco que Sao Paulo– y, en esa medida, comenzaron su preparación para aprovechar el potencial de la interconexión entre su Estrada do Pacífico y nuestra IIRSA Sur. Así, el estado comenzó una carrera de inversiones en infraestructura que ha sumado varios miles de millones de dólares. “Solo la última gestión (2006-2010) invirtió US$1.800 millones”,afirma el funcionario.
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